La
gripe porcina (también conocida como
influenza porcina o
gripe del cerdo)
[1] es una
enfermedad infecciosa causada por cualquier
virus perteneciente a la familia
Orthomyxoviridae y que es
endémica en poblaciones
porcinas. Estas
cepas virales, conocidas como
virus de la influenza porcina o
SIV (por las
siglas en
inglés de «swine influenza viruses») han sido clasificadas en
Influenzavirus C o en alguno de los subtipos del género
Influenzavirus A (siendo las cepas más conocidas
H1N1,
H3N2,
H3N3 —aislada en
Québec— y
H1N2 —aislada en
Japón y
Europa).
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Aunque la gripe porcina no afecta con regularidad a la población humana, existen casos esporádicos de infecciones en personas. Generalmente, estos casos se presentan en quienes trabajan con
aves de corral y con
cerdos, especialmente los sujetos que se hallan expuestos intensamente a este tipo de animales, y tienen mayor riesgo de
infección en caso de que éstos porten alguna cepa viral que también sea capaz de infectar a los humanos.
[6] Esto es debido a que los SIV pueden
mutar y adicionalmente, mediante un proceso denominado
reclasificación, adquirir características que permiten su transmisión entre personas.
[7] Además, tienen la capacidad de modificar su estructura para impedir que las defensas de un organismo tengan siempre la misma eficacia, ocasionando que los virus ataquen de nuevo con un mayor efecto nocivo para la
salud.
[8]
Es importante destacar que la
pandemia de gripe H1N1 de 2009 en seres humanos y que se conoce popularmente como
gripe porcina o
influenza porcina, aparentemente no es provocada por un virus exclusivo de porcinos. Su causa es una nueva cepa de virus de
gripe A H1N1 que contiene
material genético combinado de una cepa de
virus de gripe humana, una cepa de
virus de gripe aviaria, y dos cepas separadas de virus de gripe porcina.
[9] Los orígenes de esta nueva cepa son desconocidos y la
Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) informa que esta cepa no ha sido aislada directamente de cerdos.
[10] Se transmite con mucha facilidad entre seres humanos, debido a una habilidad atribuida a una mutación aún por identificar,
[11] y lo hace a través de la saliva, por vía aérea, por el contacto estrecho entre mucosas o mediante la transmisión mano-boca debido a manos contaminadas.
[8] Esta cepa causa, en la mayoría de los casos, sólo síntomas seudogripales clásicos leves, y las personas infectadas se recuperan satisfactoriamente sin necesidad de atención médica o el uso de medicamentos
antivirales.
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